(es uno de los problemas de tener un lápiz siempre en la mano: garabateas todo el tiempo)
escribo el mío, por si acaso vuelvo a olvidar quién soy.
Y voy repitiendo, mientras dibujo cuentos para niños,
"no-esperar-nada, no-esperar-nada".. así nadie será culpable
de la caída de este castillo.
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